Han pasado siete meses y medio desde la implantación de la certificación energética en España. Desde el pasado 1 de junio de 2013, cualquiera que quiera vender o alquilar su vivienda necesita contar con el certificado energético.
Una pegatina con una letra y un color que nos indica cómo de eficiente
es el inmueble, es decir, cuánta energÃa necesita consumir para
mantenerse a una temperatura agradable tanto en verano como en invierno.
A
diferencia de otros paÃses como Francia o Alemania, donde en 2007 se
implantó dicha certificación, España ha hecho los deberes en el último
momento y según diferentes expertos, si hubiera que evaluar lo realizado
hasta ahora, suspenderÃamos con nota. Pero, ¿por qué?
1.- Prisas y tardanza del Gobierno
Para
Pilar Pereda, secretaria general del Colegio de Arquitectos de Madrid
(COAM), no puede hablarse de un solo culpable en el fracaso de la
certificación energética en nuestro paÃs. Pero, sin duda, gran parte de
culpa la tiene el Gobierno. “El real decreto ha llegado tarde y con
prisas”, destaca Pereda. Las comunidades autónomas, que son las que
tienen cedidas las competencias para su implantación, apenas dispusieron
de tres meses para habilitar los registros. Algunas de ellas, como Aragón, todavÃa no cuentan con él. Ni tampoco Ceuta ni Melilla.
"Desde
que entró en vigor la normativa, las comunidades han aplicado fórmulas
diferentes y a distinto tiempo para el registro de los certificados
energéticos", apuntan desde Certicalia.com, empresa encargada de poner
en contacto a los técnicos certificadores con los clientes. "A dÃa de hoy, aún falta por abrir el registro de Aragón".
Sin olvidar que algunas comunidades han implantado un 'tasazo' solamente por registrar los certificados.
"Existen comunidades en las que, aunque hasta ahora era gratuito
realizar el registro, van a imponer tasas en 2014. Este es el caso de la
Comunidad Valenciana, que va a cobrar 10 euros y La Rioja, 37,95; o
Castilla y León, donde el registro cuesta 29,10 euros".
Las
prisas han provocado, además, una aplicación incorrecta de la
regulación. “La falta de información de la que disponen los ciudadanos
acerca del certificado energético hace que no se aplique la normativa de manera correcta. Encontramos propietarios que piensan que no necesitan el certificado hasta
la firma del contrato. En general, desconocen que la obligación es la
de mostrar la etiqueta energética en el anuncio del inmueble, tanto si
es para venta o para alquiler”, apuntan desde Certicalia.com.
2.- Guerra de precios entre técnicos
“El tema de la certificación energética
se ha convertido en una tarta enorme. Hay miles de viviendas que
certificar, lo que ha provocado que muchos profesionales quieran una
parte del pastel. Algunos, de hecho, se quieren llevar el trozo más
grande y, para conseguirlo, no se han planteado hacerlo bien, sino
hacerlo al menor precio posible, algunos prácticamente gratis”, lamenta
Pilar Pereda. “Algunos técnicos están haciendo los certificados incluso por teléfono, preguntando directamente al propietario de una vivienda por la densidad de sus muros o el material de las ventanas”.
“La
crisis y la falta de trabajo están afectando a los técnicos y muchos no
se dan cuenta de la responsabilidad que se están echando a las
espaldas. Con tal de trabajar les da igual y están perjudicando a toda
la profesión", añade Pereda.
Tanto es asà que, como ya informó El Confidencial, se ha producido y se sigue produciendo un auténtico mercadeo con la certificación energética. Con cupones descuento y técnicos que pujan a la baja por realizarlo.
Una
situación, según denuncian muchos de estos profesionales, a la que ha
contribuido la falta de unas tarifas oficiales que marquen unos
honorarios mÃnimos. De hecho, para las certificaciones de inmuebles
públicos, el Ministerio de Hacienda sà ha fijado unos precios mÃnimos:
184 euros hasta 80 metros cuadrados. "DeberÃan haber existido, pero la
Ley de la Libre Competencia las prohÃbe", recuerda Pilar Pereda.
Desde
Certicalia.com señalan que durante estos siete meses de normativa, "el
precio del certificado energético ha bajado adaptándose a la situación
del mercado. Actualmente, el precio medio ofertado por un técnico en
Certicalia para una vivienda de 100 metros cuadrados es de 93 euros, un
15% más barato que en junio de 2013, mientras que el certificado de un
unifamiliar ha bajado un 20% hasta los 140 euros para 180 metros
cuadrados". No obstante, son precios orientativos, puesto que cada
técnico fija el precio que quiere aunque eso le suponga, en algunos
casos, trabajar a pérdidas.
3.- Una sociedad sin conciencia energética
El hecho de que la certificación energética no
haya terminado de cuajar también es un problema de responsabilidad
ciudadana. "En España, la sociedad no valora en absoluto los temas
energéticos. Además, en un momento de crisis como el actual, a la gente
no se le puede hablar de emisiones de CO2, hay que hacerlo en términos
de ahorro económico. Cómo le vas a hablar a una familia
de reducir emisiones de CO2 cuando apenas tiene dinero para comprar la
comida para sus hijos. Hablémosles de ahorro en euros. De cómo subiendo
la letra de una vivienda de E a B podemos conseguir un ahorro energético
del 70% de energÃa", explica Pereda.
Para Certicalia.com, “el certificado energético nos informa de las medidas especÃficas necesarias para ahorrar energÃa.
Según los datos recogidos en los certificados energéticos por nuestra
empresa, si se aplicasen las medidas de mejora sugeridas por los
técnicos, en España ahorrarÃamos el 40% de la energÃa que gastamos en
nuestros hogares”.
Con el ahorro económico que ello supondrÃa. “La mayorÃa de los compradores e inquilinos no conoce la importancia de la eficiencia energética
tanto para su economÃa como para su confort. La elección de una
vivienda con una calificación u otra puede marcar una gran diferencia en
el gasto mensual y en la calidad de vida”.
4.- Un programa informático que permite la trampa
Para Pilar Pereda, el fracaso también viene de la mano de los propios programas informáticos diseñados para realizar los certificados energéticos. “En su afán por simplificarlos permiten que muchÃsimos datos aparezcan por defecto. Con cuatro datos permite realizar el certificado energético.
Y esto ha sido un enorme error. Elaborar un certificado es mucho más
complicado, hay que tener conocimientos técnicos y es absolutamente
necesario que el técnico se desplace y vea in situ la vivienda a certificar".
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